7 creencias falsas que te impiden hablar en público

como hablar en publico

No necesitas ser un experto en un tema para hablar en público. Existen creencias falsas que impiden a muchos atreverse a dar un mensaje frente a un grupo.

Así como lo lees. No es imprescindible ser un erudito en un tema para hablar en público, de hecho, serlo podría provocar que te confíes en exceso y tu mensaje sea un desastre.

Recuerda aquella ocasión que escuchaste una conferencia de una persona sumamente preparada en el tema, con condecoraciones y muchos títulos académicos, y fue muy aburrida. Querías que terminara de hablar.

Ahora recuerda esa ocasión en que una persona sin ser un experto en el tema dio uno de los mejores mensajes en público que has escuchado. ¿Acaso no deseabas que no dejara de hablar? Tenía tanto magnetismo la forma en que decía cada palabra que era un deleite.

¿Por qué sucede esto? Yo te lo diré:

Tener experiencia en un tema no te hace un buen orador o narrador de historias.

David Navarro, Asesor de Imagen y Comunicación.

Existen creencias falsas para poder hablar en público. ¿Cuáles son?

1) Para hablar en público no debes sentir nervios

Toda persona que no sienta nerviosismo al hablar en público no está viva. Así de sencillo. Los buenos oradores han aprendido con el tiempo a transformar su nerviosismo en motivación y coraje para dar un muy buen mensaje frente al público. Si crees que por sentir nervios no eres apto para ser un buen comunicador te equivocas. Es tu capacidad de transformar tu miedo en energía positiva lo que te impulsa a atreverte.

2) Los extrovertidos son mejores para hablar en público

Falso. Esta es una de las creencias más arraigadas. Damos por hecho que ser sociable o extrovertido es una garantía para hablar bien en público. No depende de tu nivel de extroversión o introversión sino del dominio y la práctica de la técnica. ¿Qué es lo que he visto mucho? La gente extrovertida cree que no debe prepararse para su tema porque le sobran palabras. Al momento de llegar al escenario los extrovertidos comienzan a hablar, sin embargo, podrían carecer de estructura y rellenar el silencio sin aportar o conectar con el público; aunque claro, como todo en la vida, existen excepciones.

3) Para hablar en público no debe importarte qué piensen de ti

¿A quién no le importa lo que opinen de él/ella? A todos. No nos engañemos. Si no te importa la opinión del público no darás una exposición pensada y planeada para que les atrape y agrade. Si anteriormente alguien te dijo que no debe importarte lo que el público piense de ti, esa persona no te dio un buen consejo. No es un orador profesional. Sólo quiso darte ánimos. Recuerda: si te importa el público a ellos les importará tu mensaje. Es totalmente válido y necesario (para crecer en tu habilidad para comunicarte en público) que te importe lo que la audiencia opine de ti.

4) Un buen orador nunca se equivoca

¿Acaso todos los buenos oradores nacieron sabiendo hablar en público? Sabemos que no. «Hasta al mejor cazador se le va la liebre». Quítate la idea que para hablar en público no debes equivocarte nunca. Somos humanos y alguna vez nos equivocaremos dando un mensaje. Es mejor equivocarse y continuar que abandonar la meta de convertirnos en buenos oradores. ¿Qué hacer si te equivocas al hablar en público? Lo más importante es no evidenciar más tu error con gestos en tu cara, una actitud derrotista, pedir perdón desesperadamente. Continúa, el público se dará cuenta pero valorará más tu actitud de seguir que bajarte del escenario.

5) Para hablar en público debes saber más que la audiencia

Esta es otra de las creencias falsas con más poder en la cultura popular. Damos por hecho que si hablamos frente a un grupo de personas debemos ser los que más sabemos del tema. No es así. He visto a muchos clientes preocupados en exceso porque en el público estará «un experto» en su tema. La mayoría asume que debe decir la información exactamente como lo diría ese experto. No lo hagas. ¿Dónde quedó tu punto de vista u opinión respecto al tema que expones? Recuerda, es mucho más estratégico saber ganarse a la audiencia que a una sola persona. Es la manera en que expones lo que sabes y tu personalidad lo que volverá atractivo tu mensaje.

6) Un buen mensaje debe durar mucho tiempo

Falso. Tú puedes haber hablado dos horas y no conectar con la audiencia, ni lograr tu objetivo. En cambio alguien más pudo haber hablado 15 minutos y haber conseguido ganarse al público y haber vendido sus ideas. No es la cantidad del tiempo sino tu estrategia para atrapar la atención de la gente y mantenerla durante toda tu exposición. No alargues tu tiempo si no es necesario. Piensa en el público antes que en ti.

7) Si tienes un puesto o cargo importante hablarás bien en público

Falso. Tu destreza para hablar en público depende del dominio de la técnica de la oratoria, no del rango que ocupas en tu organización. La mayoría asocia el rango jerárquico con la confianza o desenvolvimiento para dar un mensaje en público. He asesorado a directores de empresas con muy poca habilidad para comunicarse ante grupos y, en otras ocasiones, a personas con puestos administrativos y ambos logran aprender a hablar en público por su deseo de mejorar, no por su rango o puesto.

Cuando cambiamos nuestras creencias abrimos la puerta a nuevas oportunidades

Estas 7 creencias falsas para hablar en público están muy arraigadas en nuestra cultura. Para mí era necesario desmentirlas porque quiero te decidas a convertirte en un gran comunicador, sea para crecer en tu vida personal o profesional.

Dime, ¿cuál de las 7 creencias era la más fuerte para ti? ¿Agregarías alguna otra que yo no mencioné?


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Publicado por cursohablarconexito

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6 comentarios sobre “7 creencias falsas que te impiden hablar en público

  1. Lo cierto es que, por mi experiencia, tanto conocía la falsedad de esas conclusiones, como me hace rememorar que en su momento, al inicio, eso fuera lo que yo mismo pensaba.

    Yo añadiría, ofreciéndote uno de esos mitos, fuera de los que prescribes, sería el de: El auditorio no está preocupado por lo nervioso que estés, pues lo que le interesa es el contenido de tu ponencia. Y desde luego, la mayoría de los presentes, no se están dando cuenta del ritmo al que te está latiendo el corazón, ni se habrán dado cuenta de lo nervioso que estabas. Y, que aquellos que se hayan percatado del estado de nerviosismo que presentabas al principio de tu intervención, no le dan la menor importancia. No va a ser la impresión que se lleven de tu disertación, salvo que, lo hayas hecho extremadamente mal. Posiblemente por no prepararlo bien e improvisar demasiado 😉

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